sábado, 8 de octubre de 2011

Ónix



El ónix negro fue un mineral muy preciado y usado en la antigüedad. Existen documentos que demuestran que los romanos la usaban para fabricar sellos, broches y pendientes, donde se grababan los signos del zodiaco para usarlos como talismanes.
En Inglaterra sobre el siglo XV se usaba como amuleto para proteger a quien la llevara de los malos espíritus, del mal de ojo o cualquier otra desgracia.
Es una piedra porosa y absorbente, la piedra atrae magnéticamente las vibraciones negativas y las disuelve. Las vibraciones negativas al penetrar en el ónix, se sumergen en el vacío de la nada.
Si el portador del ónix es atacado por las envidias o los celos de otras personas, la piedra absorberá el ataque y lo anulará. Así cualquier energía negativa, venga de donde venga, se debilitará y quedará anulada al contacto con la piedra.
Cuando está en contacto directo con la persona, el ónix limpia el aura pero los beneficios no se quedan aquí: si dejamos la piedra en casa, por los rincones, en la habitación… el ónix purificará la casa. Si se coloca debajo de la cama donde dormimos nos liberará de pesadillas y ayudará a tener un sueño tranquilo.
Es una gema de poder, con su sabia vibración transforma las malas intenciones y protege bondadosamente al portador de la misma. Es conocedora de los misterios de la vida y de la muerte, el ónix transmite seriedad, humildad y confianza, sin darse cuenta su portador verá como se aclaran sus dudas, aumentará su fuerza mental y recibirá vibraciones de paz.

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