En los reinos minerales, existen inteligencias que aprenden a
comunicarse con seres humanos. Viven, según ellos lo expresan, en los
intersticios de las rocas. Los de orden superior son como azogue en actividad;
pero pueden aparecer en cuerpos similares a los nuestros y, en virtud del poder
que poseen sobre la substancia mental, pueden revestirse de manera similar al de
las personas a quienes aparecen. Como viven muchos siglos, adoptan generalmente,
vestimenta de estilo pasado de moda. Las personas, en quienes predominan las
propiedades minerales, son fácilmente impresionadas por la vibración de esos
elementales; estos mismos inspiran a sus inventores las gigantescas obras de
ingeniería. Tales personas son industriosas, inducen a otros a trabajar para
ellos y se aprovechan de estas labores. Rara vez responden a las cosas delicadas
de la vida; aunque, con frecuencia, poseen espíritus alegres y atrevidos, y gran
capacidad para la construcción y exactitud en los detalles. Si tales hombres se
casan con mujeres de
naturaleza de sílfides, las dominarán y les causarán
gran ansiedad y sufrimiento.
No pueden darse cuenta de que, por encima de
sus máquinas, hay otro mundo lleno de belleza y de actividad; son también
inclinados a fabricar armas destructivas. Tratan de dominar los grandes
obstáculos de la Naturaleza y serán destruídos sin compasión ni remordimiento,
una vez que ella allane, de nuevo, toda oposición a sus manifestaciones que,
periódicamente arrasa el mundo. Estos hombres son la reencarnación de los
ingenieros atlantes y la nueva arquitectura de América es similar a la que se
elevó, una vez, en el continente sumergido; pero los atlantes cavaron
profundamente en la tierra, para ponerse a cubierto de las máquinas de guerra de
sus enemigos. De manera que, la arquitectura americana no ha sido, únicamente,
creación de condiciones económicas.
Los estudiantes se interesan
extremadamente en la obra contructiva de los gnomos; pues las substancias
materiales de éstos difieren de las nuestras, como las nuestras difieren de las
de Oriente, y ellos pueden manipular las substancias para armonizarlas. Ellos
llaman a esto destilar el perfume de minerales, y nos dicen que cada mineral
tiene su olor diferente. Los gnomos reconocen nuestra atmósfera individual, de
la misma manera que la reconoce el perro; utilizando esta facultad, en vez de la
vista. Los gnomos se parecen al perro en muchos senti dos; como éste, son muy
egoístas y les afecta fácilmente el ridículo o la burla. Los gnomos más
ignorantes tienen muchas pretensiones; yo he visto a uno usando anteojos
antiguos, plumas de ave, un cuerno de tinta sujeto a su cinturón y una capucha
de doctor. Me trajo un antiguo volumen, casi tan grande como
él.
Aprendemos a amar a estos pequeños compañeros de barbas grises y
augusto talante. Nos dan valiosas informaciones y sus vidas son un ejemplo, que
todo hombre limpio puede seguir.
Escuchando nuestras conversaciones se
enteran de los tópicos del día; también toman a su cargo a numerosos niños en
sus sueños (usualmente a los niños de los pobres) para unir sus mentes con las
de ellos. De esta manera, los infantes pasan, con frecuencia, su tiempo feliz
con ellos, antes de despertar. Los niños sueñan con los gnomos y nos hablan de
ellos. Podríamos relatar curiosos cuentos acerca de tales seres; pero esperamos
ocuparnos de ello en otra obra.
Los gnomos superiores son siempre
conscientes de los átomos del Intercesor y, con frecuencia, piden al estudiante
la bendición del suyo y la verdadera sabiduría del mismo estudiante.
A veces, la atracción de los
mismos hacia un estudiante se debe a que éste, en alguna vida anterior, los ha
evocado por medio de la magia blanca, y pueden hacerle recordar cosas secretas
que él mismo tiene ocultas del pasado.
Un rey elemental los dirige;
poseen gran habilidad constructiva; pero no dejan que sus obras arquitectónicas
perduren, pues las desintegran, cuando desean crear nuevas formas; esto lo hacen
constantemente.
De los gremios masónicos, poseen un conocimiento de la
masonería ceremonial, que tendría gran interés para las logias masónicas de la
época. Los judíos primitivos, debido a su constante asociación con metales y
piedras preciosas, estaban también en íntima armonía con estos interesantes
elementales.
Cuando penetramos en nuestra conciencia del pasado,
encontramos que también poseemos naturaleza de gnomo, dentro de nuestros átomos
sumergidos, y que podemos ponernos en contacto con estos pequeños seres del
pasado.
Extracto de Dioses Atómicos - LA NATURALEZA ELEMENTAL
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